Ramóm Irigoyen "Los abanicos del Caudillo"
Descubiertos en el amor mis deseos de crimen
hice del lenguaje mi matadero privado.
Y necesito asesinar
porque soy hijo de matarifes con escapulario.
Violo y acuchillo las palabras
para resistir la tentación de asesinaros.
Ya sé qué busco asesinando las palabras:
busco la manera impune de reventaros.
(…)
Corno ya somas medievales
y aquí todos estudiamos para diablos
vamos a empezar por romperles las bragas
a todos los poemas contemporáneos.
Vociferemos por higiene:
¡muera el Mester de Clerecía
que recluyo la poesía en los osarios!
Aquí solo se trata de bailar y cantar
y solo los juglares cantamos y bailamos.
Muera el Mester de Clerecía
que escribe poesía de santos.
(…)
porque tiene la memoria rayada por el Rayo
y porque negó el cuerpo
y todos sus adelantos
y todos sus prodigios
y sus miles de abrazos
y no sabe de hierbas
ni cuándo se levantan
las nubes de los pájaros
Ya somas medievales.
(…)
Y exigimos ser mujeres
porque por hombres nos han castrado
y no renunciamos a la vida
ni con los testículos ensangrentados.
Y que las mujeres sean hombres
porque también las han castrado
y que a la vez sean lo que son
maravillosas mujeres con sus pájaros.
¡Quién que es, colega Dario,
quién que es no es andrógino? ¡El Rayo!
Ramón Irigoyen (1942)
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