¿Para qué sirve la loteria de navidad? Luis Buñuel Y Ramón Acín "Las Hurdes, Tierra sin Pan"
¿Para qué sirve la lotería de navidad?
En 1932 Luis Buñuel
ya había cosechado éxito y mucho escándalo (más de lo segundo que de lo primero)
en París con sus dos primeras películas surrealistas, Un chien andalou (Un perro andaluz) de 1929 y L´âge
d´or (La edad de oro) de 1930. Pero en España se encontraba sin
posibilidades de acometer su proyecto de realizar un film sobre Las Hurdes, la
miserable región al sur de Salamanca. Las Hurdes fueron objeto de una cacareada
visita real por pate de Alfonso XIII diez años antes, en 1922, un año antes del
autogolpe de estado comandado por Miguel Primo de Rivera. El viaje real fue un
puro acto de propaganda monárquica en un momento en que la figura del borbón se
veía cada vez más comprometida por lo que se iba descubriendo sobre su
implicación en el desastre de El Annual (1921) y los diversos escándalos que
rodeaban a su figura y sus gobiernos.
En la mente de los republicanos que
consiguieron la proclamación de 1931 existió siempre la preocupación por Las
Hurdes, la comarca más deprimida y miserable de toda Europa Occidental, pero también por desenmascarar la impostura
del viaje real y las falsas promesas de regeneración y desarrollo (véase la prensa
de toda la izquierda de la época). Buñuel, con 32 años, pertenecía a aquella
generación, más tarde aglutinada bajo el marchamo de del 27, que creía en las posibilidades de las artes, y muy
especialmente del cine, para impulsar el cambio social.
Pero el cine es un arte caro. Ramón Acín era
un pintor, escultor, periodista y sobre todo libertario oscense, amigo de
Buñuel desde la infancia, aunque 11 años mayor que él, y una de las personas
más cercanas en aquellos años. Le hacía a Buñuel una broma, le decía que si le
tocaba el gordo de la lotería le pagaría la película, naturalmente Buñuel no le
creía porque sabía que la ideología libertaría aborrecía los juegos de azar,
muy concretamente la lotería y en concreto la de navidad, a la que consideraba
una práctica burguesa para conseguir el adormecimiento de la conciencia de los
trabajadores. Una idea muy reveladora del Anarquismo; recuérdense las palabras de
Souvarine en Germinal de Zola: Vosotros los obreros franceses solo pensáis
en descubrir un tesoro y coméroslo vosotros solitos…
Pero Buñuel subestimaba la versatilidad de
su amigo. Efectivamente Acín jugó cien pesetas en la lotería de navidad de 1932
y le tocó el gordo, 50.000, una millonada de la época. Lo que quizá tampoco previó
Buñuel es que su amigo, fiel a la palabra dada como íntegro libertario, le
financiara la película. Fueron 20.000 que inmediatamente se aplicaron al
proyecto. A lo largo de los meses siguientes Acín demostró tanto interés y
dedicación como el propio Buñuel. El dinero restante fue utilizado para
fortalecer a la CNT, tanto en Aragón como en el resto del país.
Entre abril y mayo de 1933 se realizó la filmación.
Por 4.000 pesetas se alquiló un Fiat de segunda mano para trasladar todo el
equipo por una de las orografías más endiabladas de la Península; al final el coche
quedó prácticamente inservible. Aún así gran parte de los desplazamientos entre
las aldeas fueron hechos a pie.
Buñuel partió de un texto de Maurice
Legendre, el hispanista director del Instituto Francés de Madrid, también hubo
un intento por parte de Gregorio Marañón de influir en la película dándole una
orientación más antropológica y académica, pero el resultado se alejó
totalmente de esa línea. Entre Buñuel, Acín y Pierre Unik, poeta y escritor
surrealista amigo de Buñuel, lograron esa obra maestra del cine que es Las Hurdes, ese verdadero poema épico de
la miseria extrema, y una de las denuncias sociales más contundentes que nunca
haya sido filmada.
El
extraordinario premio fue recogido por la prensa. En el centro, sentado
en el suelo, Ramón Acín, junto al niño que sostiene el décomo, Luis
Buñuel, el resto son militantes cenetistas y gente del cine
Finalmente el dinero se agotó, el montaje lo
realizó Buñuel en la cocina de su casa, sin moviola, con una lupa, unas tijeras
y pegamento, fotograma a fotograma.
El estreno se realizó en el Cine de la
Prensa, actual Palacio de la Prensa, en la Plaza de Callao, en diciembre de
1933 (en la misma sala en la que siete años más tarde Miguel Hernández fuera
juzgado por un tribunal militar y condenado a muerte). La cinta no podía haber
sido sonorizada y el propio Buñuel la fue comentando. Las Hurdes entusiasmó a los jóvenes más revolucionarios,
especialmente libertarios, más también a muchos escritores y artistas de la
generación de la República. Pero en noviembre se habían producido las elecciones
que proporcionaron la victoria al bloque de derechas encabezado por la CEDA de
Gil Robles. Gregorio Marañón encabezó la denuncia de la película como una obra perniciosa para la moral y el
futuro de Las Hurdes (sic). Finalmente el gobierno de Lerroux la prohibió
más por considerarla como propaganda cenetista que por otra cosa.
En aquellos momentos Ramón Acín había
aumentado, si aún cabe, su actividad política; entró y salió varias veces de la
cárcel a lo largo de 1933 y 1934. En 1936 se enfrentó en Huesca a la
sublevación militar del 18 de julio encabezando varias manifestaciones y
organizando la defensa de la ciudad, pero el 6 de agosto, al día siguiente de
la entrada de las tropas fascistas fue detenido y fusilado, a los dos días su
compañera Concha Monrás sufrió la misma suerte. Sus hijas, Katia y Sol quedaron
totalmente desamparadas.
En París Buñuel sonorizó la película en
francés y fue exhibida en muchos países, a instancias del gobierno republicano,
como un testimonio del drama de España. En 1939 con el estallido de la Segunda
Guerra Mundial pasó al olvido, como el propio Luis Buñuel a quien tanto le
costó retomar la dirección de cine.
En 1962 Buñuel volvió a España, fue a
visitar a Katía y Sol, que vivían en la pobreza, y les entregó 20.000 pesetas.
Carlos Caballero
Las Hurdes, Tierra sin Pan (1932)
Ramón Acín 1888 - 1936
Luis Buñuel 1900 - 1983
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