GABRIEL CELAYA 1911 - 1991 ANIVERSARIO (3) "EL RELEVO"
EL RELEVO
Le llamaron, y fue.
En la primera puerta le detuvo un guardián.
Era mudo y ciego. Y en vano le dijo
de dónde venía. Le mató; siguió
porque era el llamado.
En la segunda puerta no había guardián
que la defendiera o que se la abriera
y empezó a dudar, casi, casi a pensar.
Pero le esperaban.
En la tercera no había tampoco
nadie para guiarle o bien darle cuerpo.
Se sintió un fantasma. Le ganó el espanto.
Seguir era obligado.
Ante la cuarta puerta le dieron refrescos
con exagerados gestos de respeto.
Mas todo en silencio. Y en vano gritó.
Su voz no sonaba.
En el quinto umbral había tres puertas.
Escogió la izquierda, por suerte, la justa.
La luz le cegó. No vio adónde iba.
Pero caminaba.
En la sexta puerta, nuevas reverencias.
El guardián le dio una llave grande.
No era la de puerta, pero le abrieron esta.
Se sintió esperado.
En la séptima puerta no utilizó la llave
porque se la encontró de par en par abierta
a una sala grande rodeada de espejos.
Había llegado
En el trono central estaba sentado
el Alto que sin duda le había llamado.
Se acercó a mirarle, y aunque casi ciego
vio que estaba muerto.
Entonces vinieron bruscamente a apresarle.
Porque aquel hombre muerto era el asesinado
por él en el umbral de la primera puerta.
Y fue condenado.
Le quitaron la llave que le habían dado.
Era la de la celda donde le encerraron
mientras se iba quedando mudo y ciego del todo,
y así purificado.
Le nombraron guardián de la primera puerta
para que le matara el próximo llamado.
Y entonces comprendió que el aparente absurdo
estaba calculado.
1968
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