60º día de confinamiento
Carlos Álvarez
Primeros pasos
Mis versos no son míos: lo confieso.
Estaban en el borde del camino
cubiertos por el polvo,
muy lejos de la ruta vertical hasta el cielo de mis
sueños,
y apenas alcanzaban
la incierta ingravidez de mis sandalias...
(la mano en los bolsillos, y en el pecho
la canción y el sosiego,
las estrellas dictaban mi camino).
No supe descubrirlos
hasta el primer tropiezo:
cuando azoté la tierra con las manos
y la noche murió sobre mi espalda,
y sólo entonces supe
que entre el polvo y el barro se escondían
el manantial primero
que alumbra el río,
el río de incansable singladura
que vierte sobre el mar su propia entrega,
el mar que se alimenta
de su escena de amor sobre la playa...
Pero caí de bruces sobre el polvo
y me dolió la tierra,
y cuando nuevamente
me alcé sobre mí mismo y contra el cielo
y la noche volvió a tener su espejo,
mis manos ya no estaban
ociosas en el fondo del bolsillo,
y buscaban con gesto sorprendido
la causa soterrada
de la voz dolorida que se apretó en mi carne;
la palabra antes dicha
gota a gota de sangre, verso a verso,
con amor y dolor puesta en barbecho
a cada nueva siembra
por los hombres que hicieron el camino
para que yo pudiera recorrerlo.
Carlos Álvarez (1933)
Escrito en las paredes (1961)
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