ANTONIO FERRES. UN HOMENAJE
El sábado 11 de
abril falleció en Madrid Antonio Ferres Bugeda, a los 96 años.
Una mañana en
que le visitaba en su casa de la calle Jaén (últimamente prefería las visitas
por la mañana) se me ocurrió decir “después de la muerte de Franco…” Se quedó
parado, me miró fijamente y con una media sonrisa (con esa cara de anciano que
era casi la de un adolescente) y acercándose a mí como para que no nos oyera nadie
(estábamos solos en el salón) y en voz muy baja me dijo “¿Tú crees que Franco
ha muerto…?”
Como siempre Antonio veía más, intuía más y
era capaz de darle la vuelta a la realidad para desvelar mejor su esencia. Pasará
a la historia de la literatura, a esa historia de la literatura mezquina que
por aquí se hace, como un representante de la generación realista pero algunos sabemos que lo suyo era la
imaginación y que con la imaginación fue capaz de destripar la realidad como
algunos, muy pocos, narradores españoles han sido capaces de hacer; como
Cervantes, como Clarín, como Max Aub. Y La
piqueta es una novela de amor, como repetía.
Ha muerto en la epidemia cómo tantos y
tantos españoles de su generación, y esto es una cruel metáfora del tiempo, una
metáfora como la que él continuamente mostraba en sus narraciones y en sus
poemas, la metáfora de una masa española irrelevante para la historia oficial, los vencidos, aquellos a los que Unamuno
llamaba los habitantes de la intrahistoria.
La verdad es que Antonio fue siempre un
vencido, desde su infancia en el Madrid bombardeado, en la militancia, en la clandestinidad, en sus exilios y hasta
en su muerte silenciada por la vorágine de la epidemia. Solo en los últimos
tiempos y gracias al editor Javier Santillán (ed. Gadir) y algunos pocos más
estaba lentamente recuperando su lugar verdadero en la literatura. “La primera
vez me fui por política, por miedo, la segunda por hambre”.
La edición de la novela Los vencidos fue prohibida por la censura franquista en 1962, fue
publicada en Italia por la editorial Feltrinelli; no se publicó en España hasta
el 2005. No creo que nadie se atreva a discutir que Los vencidos sea una de las novelas fundamentales de toda la
narrativa española del siglo XX. No publicada en su lengua original hasta
entrado el siglo XXI. Así son las cosas.
Cuando volvió en 1976 no esperaba nada “sabía
que no me iban a recibir con los brazos abiertos, que no habría homenajes ni nada
de eso, que ya nadie leía La piqueta,
pero aquel ninguneamiento, aquel ostáculo casi absoluto para publicar…” Los
únicos que le hicieron un verdadero homenaje fueron la Asociación de vecinos de Orcasitas. Hay una calle frente al
Pradolongo que debería llevar su nombre pero no lo lleva porque el Ayuntamiento
tiene como principio no poner a las calles nombres de vivos (sic).
Antonio amaba Orcasitas con todo su corazón.
La meseta de Orcasitas es mágica
solía decir. También decía ser un maldito
en un país maldito es cojonudo. Pudo perfectamente haberse quedado en Estados
Unidos como profesor universitario, era realmente apreciado y valorado allí,
pero volvió, tal vez ni él mismo supo a ciencia cierta por qué, tal vez no
podía vivir fuera de esta ciudad siempre bombardeada y estar junto a Juan
Eduardo Zúñiga y que les diera clase de geografía en la biblioteca de
Arguelles, sitiado, a los niños: a Elena y a él, como en El horizonte de sucesos… La vida les ha premiado a los dos, Juan
Eduardo murió con 101 años el 24 de febrero, Antonio, ahora. Los últimos
mohicanos de la posguerra.
O tal vez también volviera para estar con
nosotros, seamos quienes seamos, los que no olvidamos, los que no podemos
olvidar, nosotros también vencidos, los que no te olvidaremos nunca, Antonio
Ferres.
Mientras las bombas siguen lloviendo sobre
Madrid.
Carlos Caballero
Carlos mandala para su publicación en la Revista de Mayores en Acción
ResponderEliminarYo se lo diré a los de la junta haber si se aprueba
Buenas tardes, soy estudiante de Educación y estoy haciendo un trabajo sobre este autor ¿Me podría decir en que número de la calle Jaén tenía su vivienda? Quiero unirlo con la historia de los escritores que vivieron o trabajaron sobre Tetuán. Muchas gracias
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