La sentencia de muerte de Miguel Hernández y la verguenza


Miguel Hernández  1910 - 1942







En junio de 1939 el juez instructor del caso de la detención de Miguel Hernández dio traslado de su expediente al Tribunal Militar de Prensa.
   El poeta fue juzgado y condenado por este Tribunal Militar, con sede en la madrileña plaza de Callao nº4, con sentencia de muerte dictada por el juez Martínez Gargallo con fecha 18 de enero de 1940. Previamente, a mediados del mes de junio, el juez instructor dio traslado de la causa al Tribunal Militar de Prensa de Madrid, y días después, en concreto el 4 de julio, el juez que asumió el caso firmó el decreto de procesamiento contra Miguel Hernández.
   En las imágenes (documentos de la declaración del detenido y del expediente sumarísimo nº 21.001) puede leerse el traslado de la causa al Tribunal Militar de Prensa, “teniendo en cuenta la calidad de periodista del encartado…”, también el decreto de procesamiento y la fotografía del Cine Palacio de la Prensa de la plaza de Callao, uno de los varios lugares donde actuaron tribunales de excepción.
   ¿Por qué razón un Tribunal de Prensa? Porque Miguel Hernández fue juzgado y condenado a muerte por escribir, por su faceta como escritor.. Por esa razón, el 12 de junio de 1939 el juez instructor del caso dio traslado al Tribunal Militar de Prensa para que se hiciera cargo del expediente contra el poeta. Cuando llegó el juicio, se presentaron como pruebas condenatorias el original de Teatro en la guerra, y publicaciones en la prensa del frente como el poema Viento del pueblo editado por el periódico El Mono Azul. Todo ello fue considerado por el Tribunal como propaganda subversiva contra el Movimiento Nacional, y lo calificó como “un delito de adhesión a la rebelión”.
   Al día de hoy este procesamiento y esta sentencia no han sido anulados por ningún tribunal español. Las peticiones elevadas a los sucesivos gobiernos y autoridades judiciales por parte de multitud de ciudadanos y organizaciones han sido continuamente desoídas con el tapabocas de la aún vigente Ley de Amnistía.
   Vergüenza de todas las instancias políticas y judiciales de este estado.
   Desde este lugar quiero rendir un homenaje a la compañera y poeta Maribel Alonso, tal vez la persona que, en todo tipo de foros y reuniones, ha exigido siempre y continuadamente la anulación de la oprobiosa sentencia, Un homenaje a ella también por parte de la Asociación de Amigos de Miguel Hernández.
   Si tantas personas y organizaciones somos las que nos esforzamos en mantener viva la memoria y la palabra del poeta ¿cómo es posible que no hayamos sido capaces de conseguir esto?
   Miguel Hernández no murió en 1942 por una complicación de tuberculosis y pulmonía, murió porque fue condenado a muerte por el franquismo. Hay memoria (gracias a todos los que trabajamos por ella) pero no hay ni un ápice de justicia ni de reparación. Solo hay vergüenza…

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